sábado, 28 de mayo de 2016

¡NO SIN MI TELE!!


Ver televisión es una de las actividades líder de los niños y de muchos adolescentes, especialmente en los días de vacaciones, al igual que los juegos en cualquier tipo de pantalla, móvil, tablet, etc.

Podríamos hablar de pantallas, en general, de sus ventajas e inconvenientes, incluso de qué soporte y qué juegos educativos pueden ser más adecuados a cada edad, sin embargo, hoy nos centraremos en hacer unas breves  puntualizaciones acerca del uso del televisor.

Aunque tiene muchos aspectos positivos hay otros muy perjudiciales. La violencia, la aporofobia (fobia  ala pobreza), estereotipos de género, de raza, la frivolización del abuso de drogas, sexo, alcohol son temas comunes en los programas de TV.

Nuestros hijos e hijas quedan expuestos a ciertos tipos de comportamientos y actitudes, que se asumen como normales e incluso tienden a imitarlos, puesto que los niños tiene a imitar los comportamientos, gestos y actitudes que ven; y cuanto más temprana es su edad mayor es su permeabilidad a la imitación.

Las familias tenemos un papel fundamental en el uso adecuado del televisor. ¿Cómo?:

µ  Eligiendo programas apropiados para el nivel de desarrollo de los niños.

µ  Ver o conocer con anterioridad qué película, serie o dibujos animados van a ver nuestros hijos. Existen muchos dibujos animados que no son infantiles. O que lo son para niños de 8 años, pero no para los de 4, por ejemplo.

µ  Viendo la TV con ellos.

µ  No dejando ver la televisión, ni otras pantallas ( móvil, tablet,...) a los niños menores de 2 años.

µ  Apagando la TV durante las comidas y el estudio.

µ  Grabando programas de calidad para verlos en otro momento.

µ  Poniendo límite de tiempo: Los niños y jóvenes entre 2 y 14 años no deben estar viendo la tele o jugando a videojuegos, en otros aparatos más de dos horas al día.

µ  Apagando los programas con violencia explícita, aunque sean de dibujos animados.

µ  Comentando películas, series que ven sus hijos, mientras ven juntos los programas.

µ  Recalcando los comportamientos positivos: cooperación, la amistad, sinceridad, lealtad, etc.

µ  Relacionando lo que ven con situaciones reales, de estudio, o con valores personales y familiares.

µ  Comentando con ellos sobre el papel de la publicidad y su influencia en lo que se compra.

µ  Estimulándoles para que practiquen deportes, cultiven aficiones y habilidades, estén con amigos de su misma edad.

µ  Evitando el zapping. Concentrar la atención en programas específicos.

µ  Creando el hábito de apagar la televisión cuando se termina el programa.

µ  Situando la TV en un lugar común, no en las habitaciones de los hijos donde hagan uso particular de ella.

 

 

La televisión, los móviles, tablets, y otros dispositivos no son una alternativa a nuestra presencia, a nuestro cariño, ni a nuestra labor de acompañamiento, lo sabemos, seguro que lo sabemos, pero debemos demostrarles a ellos, que eso es así. Recordar estas sencillas pautas nos ayudará a todos a estar en nuestro lugar: el de padres y adultos  que pone los límites con responsabilidad y cariño. El de los hijos que debe reconocer nuestra autoridad, no por imposición  sino por respeto y afecto y el del televisor y las pantallas, que son entretenimientos con los que nos divertimos y también aprendemos, pero no “niñeras” ni educadoresde nuestros hijos.





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